
El kimono surgió en el Periodo Heian, en los años 794 a 1185.
Aún así, con el correr del tiempo, se transformó en una prenda diaria de todos, adaptándose a los estilos de la vida moderna.
Los kimonos en verano, son preferibles en telas delgadas y vaporosas. Si hace frío, telas pesadas serán lo mejor. Si quieres lograr un look casual y fresco, los cortos son la mejor opción.
Para algo más formal, los largos son geniales. Añade cadenas de oro para que tu outfit se note mucho más.
¿Quieres resaltar el kimono? Usa prendas de colores monótonos/neutros (como blanco o negro) y deja que el kimono, en cualquier otro color brillante y/o estampado, sobresalga de tu outfit.
También existen con flecos, sobretodo si eliges un vestido largo. Y si quieres optar por algo más osado, solo toma un cinturón tuyo, ponlo sobre el kimono y ciérralo por completo.
Es hora de salir de compras e indagar. Prueba y queda a la moda y toda una diosa.