
Las esponjas de baño son un cúmulo de gérmenes. Las usamos a diario para ducharnos, echándoles gel, cremas y varios productos para la piel. Por eso, es necesario limpiarlas y desinfectarlas, ¿pero cómo?
Una técnica super efectiva para desinfectarlas es coger un recipiente y en el mismo, mezclar agua tibia y vinagre a partes iguales. Luego, sumerge bien la esponja hasta que absorba dicha mezcla y déjala dentro durante diez minutos.
Una vez pasado el tiempo, exprímela bien intentado que salga el máximo de agua posible. En último lugar, aplícale un chorrito de lejía y métela en agua limpia durante cinco minutos. A continuación, enjuágala muy bien y ya tendrás tu esponja de baño como nueva.
Otra opción para desinfectar tus esponjas de baño será preparar un recipiente con agua muy caliente, casi hirviendo, y un poco de detergente. Remuévelo hasta que esté todo bien mezclado. Cuando ya lo tengas listo, introduce tu esponja para que absorba bien la mezcla. Con dejarla actuar dos o tres minutos será suficiente, ya que el agua a esa temperatura será un buen desinfectante. Exprime bien la misma para que salga toda el agua posible, y aclárala con agua tibia. Déjala secar y listo.
Lo ideal es limpiar y desinfectar tus esponjas una vez a la semana. Aun así, es muy importante que todos los días tengamos un mínimo cuidado con ellas. Por ejemplo, cada vez que le coloques un producto, aclárala bien al final para que todos los restos salgan completamente.
El lugar donde dejas la esponja también es importante. Se recomienda dejarla colgada en una percha en la ducha o en una superficie en donde la esponja pueda respirar por todos lados. De esta manera, no se producirán más bacterias.