
Son dos de los mejores tenistas de la historia del deporte. Y por sobre todo, han demostrado, durante años de cerraras profesionales intachables, ser caballeros dentro y fuera de la cancha. Se respetan, se estiman, se aprecian y se reconocen buenas jugadas.
Rafa recibió su premio y lo primero que hizo fue felicitar a su rival y a su equipo. Luego le tocó hablar el ganador y cuando Roger tomó el micrófono, no sólo agradeció a Rafa y lo felicitó por el partido sino que dijo:
Estoy contento, estoy contento por tí, hubiera estado contento de perder también, este regreso ya era perfecto.
Unos segundos después, dijo:
El tenis es un deporte duro, no existe el empate, pero si existiese, hubiera sido feliz de aceptar uno esta noche y compartirlo con Rafa, realmente.
El público estalló en aplausos y todos nos quedamos pensando que si tal vez pudiésemos llevar esa enseñanza fuera de la cancha, el mundo sería un lugar más lindo.
Gracias Roger, gracias Rafa por años de tenis y por enseñarnos que el deporte es respeto, se gane o se pierda.