
Protagonista de todos los rituales de disciplina oriental, incluido el yoga, la respiración es clave para activar o desactivar las zonas cerebrales vinculadas con la sensación de pánico, el sueño y el estrés ¿Lo sabías? Este estudio publicado por la revista especializada ‘Science’ en 2017 puso en contexto y relevancia el hecho.
Los beneficios de respirar de forma pausada y no de forma apresurada inciden directamente en la oxigenación de tus células, beneficiando tu sistema inmunológico, así como el funcionamiento de tu cerebro.
Infla un globo: este sencillo ejercicio consiste en tomar un globo e inflarlo de forma lenta o rápida y con soplos cortos. Recuerda notificar si sientes alguna dolencia, de lo contrario, puedes hacerlo con regularidad para fortalecer los músculos que rodean al pulmón.
Empaña un espejo: esta técnica es conocida también como ‘Ujjayi’ en el yoga, su capacidad para expandir el pecho y mejorar la calidad de la respiración lo llevan a ser usado como parte de las fisioterapias respiratorias para recuperarse de alguna afección.
Respiración con labios fruncidos: en pro de expulsar la mayor cantidad de aire, esta técnica está en el pedestal de los centros de rehabilitación respiratoria. Concéntrate e inhala en dos tiempos pausadamente, mientras inflas tu diafragma, para luego soltar el aire con 4 pausas de por medio.