
Los frutos secos no engordan, aunque los rumores digan lo contrario (y desde siempre). Si bien es un alimento rico en grasas poliinsaturadas, precisamente es la tipología de este macronutriente que conviene al organismo.
Lo cierto es que ni todas las grasas son malas ni todos lo alimentos con un cierto contenido calórico deben ser desterrados de la dieta. Carlos Ríos, nutricionista que abandera el movimiento Realfooding, basa sus argumentos en la evidencia científica ya que los frutos secos “se asocian con un control favorable del peso corporal a través de múltiples mecanismos”.
- El contenido calórico estimado de estos alimentos no coincide con el contenido calórico aprovechable. La sobreestimación puede ser superior al 30% en el caso de las almendras, 20% nueces y 5% pistachos. Cuando observas las kcal que te aportan estos alimentos en la etiqueta, estás viendo cifras bastante superiores a las que realmente te aportan.
- Estos alimentos pueden incrementar la saciedad a corto plazo y regular positivamente el apetito. Al final del día comes menos kcal.
- Estos alimentos pueden incrementar ligeramente la termogénesis inducida por la dieta. Es el gasto energético para metabolizarlos.
- Los frutos secos pueden modular positivamente la microbiota a través de su riqueza en fibra, ácidos grasos insaturados y polifenoles. Esto mejora las vías de saciedad a largo plazo.
- Pueden desplazar el consumo de ultraprocesados y ejercer así sus principales efectos beneficiosos para la salud, ahorrándote los ingredientes insanos y calóricos de snacks azucarados y salados.
Sin dudas, los frutos secos son un alimento con alta densidad nutricional que, además de grasas, posee minerales de fácil absorción, como potasio, calcio, fósforo, hierro y magnesio, vitaminas, fibra, fitoesteroles y otros componentes fitoquímicos. Es decir, su consumo es indicador de un estilo de vida saludable.
Recuerda moderar su ingesta y apostar por el consumo de unos 25 o 30 gramos diarios y preferentemente en crudo, es decir, sin que hayan sido sometidos a transformación industrial, donde le añaden sal o menguan su aporte nutricional.