
Las encías sangrantes es un síntoma de fase temprana al desarrollo de una enfermedad.
Se puede deber a gingivitis (acumulación de placa bacteriana), periodontitis (acumulación de sarro bajo la encía), malposición dentaria (apiñamiento), dientes torcidos, entre otras.
Además del sangrado de encías, hay enrojecimiento y hasta mal aliento derivado del sarro acumulado.
El cepillado es la mejor manera de que los tejidos inflamados y las encías sangrantes vuelvan a la normalidad. Agrégale enjuagues de unos 30 segundos tras el cepillado.
Por ello, siempre utiliza un cepillo de cerdas suaves y seda dental. ¡No olvides limpiar hasta la lengua! Evita el tabaco y bebe mucha agua al día.
Ni hablar de seguir una dieta equilibrada para fortalecer los dientes y encías. Por eso, deberás reducir el consumo de azúcar que facilita la acumulación de sarro. Incluye en tu alimentación frutas ricas en vitamina C (como la naranja) y K (por ejemplo, el kiwi).
Existe un remedio casero interesante que consiste en aplicar aloe vera en la encía y realizar un masaje ayuda a bajar la inflamación y el sangrado. Sino con esto no se soluciona, asiste con un especialista.