
El Feng Shui es un sistema filosófico oriental que estudia el flujo de energía para lograr una ocupación consciente del espacio. Su objetivo es generar una influencia energética positiva y armónica para que quienes habitan esos espacios se sientan satisfechos y tengan una mejor calidad de vida.
Literalmente significa “viento y agua" ya que en sus comienzos se trataba de una forma de conocimiento que estudiaba los cambios de la naturaleza, como los vinculados con el clima y los astros.
Los tres aspectos fundamentales sobre los que se basa toda esta filosofía son:
- Chi o energía vital: su flujo se modifica según la disposición del espacio y la orientación de los objetos, y su objetivo principal es generar energía positiva en nuestra vida. El chi se divide en dos elementos, que también son fundamentales para entender el Feng Shui.
- Primero, está el Yin y el Yang, elementos opuestos pero interdependientes y complementario: si hay uno, hay otro. De acuerdo a la cosmogonía china, el Ying y el Yang están presentes en todo lo que forma el Universo;
- Y luego, el Mapa Bagua: es un dibujo de 8 lados, que indica la correspondencia entre los puntos cardinales y los diferentes circuitos por los que se mueve la energía. En Chino bagua significa “ocho trigramas”, y cada uno de ellos corresponde a una serie de elementos: una orientación, una parte de la naturaleza, una parte de nuestro cuerpo, un miembro de la familia, etc.
En interiorismo, lo más importante es saber qué dirección de la casa o espacio se relaciona con qué tipo de energía:
- Norte: carrera, trabajo y vida. Agua que fluye. Riñón, huesos, vulva y oído.
- Noreste: autoconocimiento, intelecto, conexiones. Tierra, globo terráqueo. Estómago, pecho, manos.
- Este: antepasados, familia, salud. Maderas, plantas. Ligamentos, piernas, pies.
- Sureste: finanzas, fortuna, prosperidad. Madera y fuentes de agua. Huesos, cadera.
- Sur: prestigio, reputación, reconocimiento. Fuego. Corazón, arterias, ojos.
- Suroeste: relaciones, amor. Tierra. Pecho, estómago, órganos internos.
- Oeste: creatividad, hijos, dinero. Metal. Nariz, cabello, boca.
- Noroeste: viajes, amigos, benefactores. Metal. Pulmones, piel, cabeza.
Para lograr armonizar los elementos del hogar y de los espacios de forma tal de permitir que el chi fluya libremente y se acumule chi bueno, en lugar de malo, el Feng Shui utiliza diferentes elementos.
- La luz solar es la generadora natural de energía, y la más potente. Permite la entrada de luz del sol. Para los momentos en los que quieras o necesites iluminar artificialmente, lo mejor es utilizar velas de colores cálidos y vivos, como el naranja y el amarillo.
- En el Feng Shui los colores se relacionan con los cinco elementos de la naturaleza. Estos son indispensables en la cosmogonía china para hacer fluir la energía. Por ejemplo, el azul, relacionado con el agua, es un color que simboliza la paz, la pulcritud y que se relaciona directamente con el elemento agua.
- Los adornos que elijas deben ser alegres y no transmitir ningún sentimiento negativo. Evita coleccionar antigüedades ya que arrastran el historial energético las personas que los han poseído y de los lugares en los que han estado.
- Los pasillos de tu hogar deben ser fáciles de transitar y libres de obstáculos importantes para que la energía fluya libremente. Así que, bajo ningún punto de vista, los pasillos deben tener muebles que intercepten el paso.
- El desorden nunca es bueno para el hogar. Además de hacer que tu casa se vea descuidada, también impide el libre flujo de energía. El Feng Shui es claro con esto: una casa ordenada es una casa con buena energía.
- Tener plantas dentro de la casa, según el Feng Shui, es muy importante porque equilibran los cinco elementos (madera, fuego, tierra, metal y agua); atraen el amor y aumentar la capacidad de aprendizaje.
- La música, especialmente la instrumental y los mantras, te permitirán llenar tu hogar de energía positiva y armónica. Uno de los consejos del Feng Shui es agregar móviles de cuarzo, caña o metal que produzcan un sonido agradable con el paso del aire.
- La energía entra siempre por la puerta de entrada. Por eso, es un terrible error tener más de una puerta de entrada. Las ventanas ayudan a el flujo de energía, siempre y cuando estén limpias y dejen entrar la luz. El único problema es que a veces el chi puede “escaparse” por ellas; para evitarlo, coloca cortinas en tus ventanas.
- Si pretendes que la energía se mueva libremente por la casa, lo ideal es que el piso sea uniforme.
- Respecto a los objetos, elimina aquellos rotos (arréglalos, reciclalos o tiralos) ya que no te permitirá renovar las energías y afectará tu autoestima. Lo mismo sucede con las botellas vacías, relojes parados, cuadros tristes o violentos, objetos duplicados
- Sobre el dormitorio, es importante la orientación de la cama, la cual nunca debe estar alineada con la puerta de entrada o la del baño y la cabecera debe estar apoyada sobre una pared sin puertas ni ventanas; evitar cosas que cuelguen; la iluminación; puertas cerradas a la hora de dormir; no tener muchos espejos y que los que haya no reflejen la cama; y usar plantas.
- En cuanto al baño, una de las principales premisas para que el baño tenga buen flujo de energía es nunca dejar la tapa del inodoro levantada. Por otro lado, la cortina nunca debe ser transparente.