
El falafel es un plato tradicional del Medio Oriente y tiene siglos de historia, tantos que incluso aparece en los textos biblícos.
Hoy resulta un éxito en todo el mundo e incluso es una opción súper sana y saludable para agregar a tu dieta diaria.
Existen varias formas para su presentación, se pueden ver pequeñas bolas acompañadas de salsa de yogur, como pequeñas hamburguesas, formando parte de ensaladas, o junto al famoso pan de pita.
La palabra falafel deriva de la etimología árabe “filfil”, que significa pimiento, y probablemente del sánscrito “pippalī”. El falafel que más ha triunfado llegando a nuestros días es el que se elabora únicamente con garbanzos, tanto en Oriente Medio como en los países en los que este plato se ha introducido después, servido en pan pita, acompañado de tahina (salsa de ajonjolí), hummus (crema de garbanzo) y también en un gran variedad de ensaladas.
La clave del falafel y lo que lo distingue de otras albóndigas es que sus ingredientes principales como ser las habas o los garbanzos no se cuecen sino que simplemente se dejan en remojo para poder ablandar las legumbres y luego triturarlas.
Las variaciones más novedosas y atrevidas de este tradicional producto hablan del falafel rojo hecho con jalapeños, pimientos asados, tomates y yogur picante, o del falafel de naranja, elaborado con batatas, col, miel y tahini de jengibre. Todos ellos, sin embargo, conservan la fórmula básica y tradicional de las legumbres molidas.
Dato curioso
El falafel más grande del mundo pesa 74,8 kilogramos y supera el metro y medio de ancho con 152 centímetros de altura. Se elaboró en el Hotel Landmark de Amman, en Jordania, y tuvo que freírse durante 25 minutos.