
En la actualidad la alimentación enfrenta un sinfín de paradigmas y contradicciones a raíz de los nuevos hallazgos científicos, los cuales señalan los perjuicios de la mayoría de alimentos que forman parte de la dieta humana universal. Y los que mayor preocupación han causado a la comunidad científica son:
Sal de mesa: Elaborada con cloruro sódico, yodo y flúor, la sal de mesa no es considerada un alimento, debido a la toxicidad de sus componentes. Por su parte los expertos aconsejan no superar el límite diario de 5 gramos. Además, la sal es asociada con el envejecimiento prematuro y algunas afecciones como el cálculo en los riñones o la hipertensión.
Azúcar: Es considerada como una sustancia química pura, la cual se obtiene al retirar todas las proteínas y nutrientes de la caña de azúcar, y para obtener su característico color blanco se emplean químicos como la cal viva o el ácido sulfúrico. Por su parte la OMS advierte sobre los riesgos asociados a la salud y aconseja no consumir más de 20 gr diario.
Harina refinada: Este alimento contiene almidón en cantidades alarmantes, los químicos empleados para procesar el grano producen aloxano, un agente que afecta el páncreas y produce diabetes. Entre más blanca sea la harina menor cantidad de fibra y nutrientes esenciales posee.
Arroz refinado: este producto aumenta la glucosa en la sangre, debido a que el procesamiento de este alimento elimina la protección natural del grano y básicamente es puro almidón, sustancia que en grandes cantidades deteriora el páncreas y da paso a la diabetes tipo II.
Leche pasteurizada: El proceso de pasteurización elimina de este líquido los bacterias y las enzimas esenciales que facilitan la absorción de nutrientes como el calcio. Expertos aseguran que este alimento y sus derivados no son saludables para el organismo y además resulta una pésima fuente de calcio.