
Aunque los dientes amarillos no conforman una enfermedad grave, sí un problema estético y social.
Con el paso del tiempo, los dientes se tornan amarillo porque, debajo del esmalte, hay una sustancia marrón pálida llamada dentina, que puede hacerse más visible cuando el esmalte se adelgaza.
Se trata de un proceso natural e inevitable, hay muchos factores que lo aceleran y que incluyen como el consumo elevado de café y té, fumar, dieta desequilibrada, y ciertos antibióticos.
Pero para combatir los dientes amarillos, existen remedios caseros para que los puedas blanquear, como por ejemplo el uso de bicarbonato de sodio: solo debes mezclar una cucharadita de bicarbonato con dos de agua y nos cepillamos los dientes con la mezcla varias veces por semana.
Lo mismo sucede con el agua oxigenada en forma de enjuague bucal. Para ello, lo diluiremos con agua hasta obtener una solución al 1.5% (sino, inflamará tus encías).
El aceite de coco es un remedio totalmente natural; con una cucharada en la boca, muévelo entre los dientes durante cinco minutos y verás resultados favorables.
Ni hablar de la fruta, sobretodo los cítricos y la banana. La levadura de cerveza es otro buen aliado para blanquear los dientes: mézclalo con sal y forma una pasta que utilizarás como dentífrico común.
Por último, el carbón activado, también como dentífrico, dos o tres veces por semana, mezclando con agua, y vinagre de sidra. ¡Solo queda intentarlo y chau dientes amarillos!